Es Todo una Pantalla
En la edición de un nuevo capítulo del abuso de impunidad, Joseph Blatter, Presidente de la FIFA, reconoció en conferencia de prensa cual es la principal falencia que el fútbol debe corregir, luego de los dolores de cabeza sufridos durante el Mundial Sudáfrica 2010: Se estudia la eliminación de los empates, y las prórrogas, en cualquier instancia de la Copa.
Sí, aunque parezca un chiste, es verdad. Además, el máximo organismo internacional del balompié ya tiene pensada una solución al respecto. En caso que un partido termine igualado, la resolución del ganador se haría bajo la ya conocida, e injusta, definición por penales.
También, la FIFA está evaluando dar marcha atrás en una decisión que tomó al término del Mundial Corea – Japón 2002: La implementación del proscripto Gol de Oro para dictaminar los encuentros que llegasen al tiempo suplementario.
Todo lo leído anteriormente suena, por lo menos, extraño. Primero, por la intención de abolir uno de los tres resultados posibles en el fútbol, el cual ha tenido vigencia desde su reglamentación original. Segundo, por la rapidez con que se han presentado las soluciones a esta nueva problemática. Y, tercero, resulta muy llamativo que la FIFA, o que cualquier entidad, vuelva a poner en práctica una medida que fuera anulada en un pasado no tan reciente.
Por supuesto, estas propuestas innovadoras tienen una fundamentación. Según el propio Blatter, los partidos de la fase de grupos del Sudáfrica 2010 resultaron aburridos, poco llamativos, debido a que la mayoría de las selecciones salían al campo de juego “a no perder”.
Por esa razón, la FIFA busca implementar reglas que deriven en un fútbol más ofensivo. Aunque, habría que admitir que no se puede tener la misma expectativa acerca del accionar de los conjuntos de primera línea (España, Brasil, Argentina, Alemania) que con los equipos “terrenales” o “de relleno” (Honduras, Argelia, Nueva Zelanda, Corea del Norte, entre otros tantos).
En el caso de los primeros, es sabido que, por la calidad de sus planteles, tienen la obligación moral de atacar constantemente al rival, generar un “Fútbol Espectáculo” y, en consecuencia, ganar sus compromisos, con cierta comodidad, ante rivales más débiles. Mientras que, alrededor de la mitad de los clasificados a la copa sólo tratan de sumar puntos, aunque sea de a uno, a la expectativa de conseguir conseguir el milagro de clasificarse a Octavos de Final.
Sin embargo, todo lo anterior, por particular que parezca, no ha sido la novedad más importante que otorgó la última reunión de los jerarcas de la FIFA.
Luego de las controversias presentadas en Sudáfrica, Blatter sigue posponiendo la discusión acerca del uso de la tecnología para apoyar las decisiones arbitrales y, así, esclarecer las jugadas y situaciones polémicas o dudosas que se presentan en un partido de fútbol.
"En cuanto tengamos un sistema no complicado y rápido, aplicaremos la tecnología a la línea de gol", aseguró el principal mandatario de FIFA. Es decir que, para los directivos del fútbol, todavía no existe ninguna forma para que se continúe el normal curso del espectáculo y, al mismo tiempo, se puedan solucionan los altercados que acontecen en el deporte.
Esto se traduce en otra de las declaraciones del suizo, quien explicó que, en la práctica, la utilización del análisis con videos “detiene la espontaneidad del juego, obliga al árbitro a ponerse a mirar la película y, además, a saber cuántas cámaras se precisarían".
De esta manera, la FIFA lograría paralizar una discusión clave al respecto del uso de la tecnología en las canchas, ya que la entidad responsable de la reglamentación del fútbol mundial, la International Football Association Board (IFAB), planeaba plantear, en octubre, la posibilidad de instalar algún tipo de aparato cerca de la línea de gol, para aclarar acciones dudosas, o que hayan quedado fuera del alcance del juez principal y sus asistentes.
Recordemos que toda esta movida justiciera se gestó a partir de las controversias provocadas por dos jugadas puntuales en encuentros de Octavos de Final del último Mundial: El gol no convalidado a Inglaterra contra Alemania (Los teutones se impusieron 4 a1), y el primer tanto que marcó Argentina en su victoria ante México (La albiceleste ganó 3 a 1).
Si bien, estas situaciones reforzaron el pedido de “modernización” del juego, es claro que aún no existen motivos suficientes para que el fútbol deba dejar de lado su “esencia” y, así, darle paso a una verdadera justicia, que no es plena, debido a que sólo con las normas actuales no alcanza.
A las pruebas nos remitimos: Las jugadas mundialistas ya mencionadas; La mano de Thierry Henry, que le dio la clasificación a Francia para la última Copa del Mundo; Y, quizás, la polémica más conocida y dulce de toda la historia del balompié, la mano de Dios (No requiere presentación, ni explicación).
Por eso, cualquier excusa, por absurda o inverosímil que resulte, es buena para que la FIFA siga firme en su defensa del juego de las injusticias que, actualmente y desde hace mucho tiempo, es el fútbol. Mientras tanto, es bueno que, aún en estos tiempos, Dios pueda tapar el sol con la palma de su mano.
Esto se traduce en otra de las declaraciones del suizo, quien explicó que, en la práctica, la utilización del análisis con videos “detiene la espontaneidad del juego, obliga al árbitro a ponerse a mirar la película y, además, a saber cuántas cámaras se precisarían".
De esta manera, la FIFA lograría paralizar una discusión clave al respecto del uso de la tecnología en las canchas, ya que la entidad responsable de la reglamentación del fútbol mundial, la International Football Association Board (IFAB), planeaba plantear, en octubre, la posibilidad de instalar algún tipo de aparato cerca de la línea de gol, para aclarar acciones dudosas, o que hayan quedado fuera del alcance del juez principal y sus asistentes.
Recordemos que toda esta movida justiciera se gestó a partir de las controversias provocadas por dos jugadas puntuales en encuentros de Octavos de Final del último Mundial: El gol no convalidado a Inglaterra contra Alemania (Los teutones se impusieron 4 a1), y el primer tanto que marcó Argentina en su victoria ante México (La albiceleste ganó 3 a 1).
Si bien, estas situaciones reforzaron el pedido de “modernización” del juego, es claro que aún no existen motivos suficientes para que el fútbol deba dejar de lado su “esencia” y, así, darle paso a una verdadera justicia, que no es plena, debido a que sólo con las normas actuales no alcanza.
A las pruebas nos remitimos: Las jugadas mundialistas ya mencionadas; La mano de Thierry Henry, que le dio la clasificación a Francia para la última Copa del Mundo; Y, quizás, la polémica más conocida y dulce de toda la historia del balompié, la mano de Dios (No requiere presentación, ni explicación).
Por eso, cualquier excusa, por absurda o inverosímil que resulte, es buena para que la FIFA siga firme en su defensa del juego de las injusticias que, actualmente y desde hace mucho tiempo, es el fútbol. Mientras tanto, es bueno que, aún en estos tiempos, Dios pueda tapar el sol con la palma de su mano.